Daño.

¿Y porqué sigue haciendo daño?
¿Y porqué,  a pesar de que me engañó, de que me usó, de que jugó conmigo sigue mandándome esos estúpidos mensajitos que ni el mismo se cree?
¿Porqué sigue haciéndolo? ¿Para romperme más?
¿Es que a caso no se puede meter sus putos mensajes por el culo y ahogarse con ellos?
¿Es que no puede irse a joder a otra? ¿Porqué tengo que ser yo con todas las personas que hay en el mundo?
¿Porqué precisamente yo?

Porque cada vez que consigo olvidarle, o que al menos estoy a punto de hacerlo,
veo una ventanita en el messenger que se abre, le pico y todo vuelve a empezar.

¿Porqué coño sigue hablándome? ¿Es que no entiende lo de persona no grata?

Y vuelve a la carga, haciendo más y más daño con cada palabra. Sigue y sigue mandando
dagas, que son como puñaladas traperas. Te paras y piensas... Después de lo que hizo,
¿Como puede tener tan poca vergüenza como atreverse si quiera a hablarte? Este tío no tiene escrúpulos.

Intentas pasar de él, hacer que no te afecte, pero es que cada vez que lo lees recuerdas lo que pasaste
a su lado y todo se vuelve insoportable, como si estuvieras volviendo a vivir esos días de incertidumbre,
esas tantas noches preocupada, ¿Me estará engañando? ¿Son verdaderos esos te quieros? ¿Cambiará?

Mentira, te juro que cambiaría, pero nunca lo hizo.